El estrés y la ansiedad son algunos de los síntomas que se observan en las aulas cuando a los estudiantes se les prohíbe o restringe el uso del teléfono celular.
Piden múltiples viajes al baño para escaparse a media mañana y comprobar si recibieron mensajes, actualizar las últimas historias en sus perfiles de redes sociales o actualizar después de unas horas sin encender el dispositivo electrónico.
Hay ansiedad, nerviosismo… y eso se nota en muchas instalaciones de España, el momento más esperado por los niños es escuchar la campana que anuncia el fin de clase.
No les gusta tener el móvil en la mochila durante la clase: "Siempre se quejan de que no pueden utilizar el móvil durante la clase".
Estas horas de incomunicación preocupan y ponen nerviosos a muchos estudiantes. Además de los deseos incontrolables, muchos estudiantes violan las reglas, un estudiante dijo: “No puedo quedarme sin ver los mensajes que me envían y los evito”.
La adicción a los dispositivos electrónicos llega en un momento en el que su uso está prohibido en muchos centros, una madre dijo: “Para ellos, el teléfono móvil es una droga, están obsesionados con usarlo”.
Adicción que aflora por la necesidad de estar 100% conectados
La prohibición ha ayudado a regular el uso de los estudiantes en la educación, con lo que muchos educadores dicen que ha traído innumerables beneficios como una mayor concentración e integración social en el aula, pero también ha ayudado a identificar y detectar conductas adictivas, permitiendo tomar medidas y imponer prohibiciones. solución.
Los expertos dicen que la digitalización es necesaria pero también es necesario establecer límites.
La conciencia de los estudiantes también está aumentando, gracias en parte a la buena pedagogía en el aula por parte de profesores y familias, según los expertos, la situación es aún peor en el caso de aquellos perfiles que se sienten atraídos por lo prohibido o que prefieren recompensas inmediatas, su frustración les deriva en ansiedad y desesperación.
Profesores y expertos señalan que los vetos provocan ansiedad y estrés debido a la necesidad de un compromiso del 100%. Lo más importante es utilizarlo siempre de forma responsable.